¿Cómo tener un jardín perfecto en mayo? Estas son las mejores flores, verduras y hierbas para plantar durante el mes

Mayo ofrece condiciones ideales para sembrar flores, hortalizas y aromáticas que embellecerán el jardín y enriquecerán la huerta durante el invierno y la primavera.

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Sembrar en mayo permite anticiparse al invierno y preparar una huerta productiva para primavera.

Con la llegada de mayo, los días comienzan a acortarse y el clima otoñal se asienta con mayor firmeza en el hemisferio sur. Esta etapa del año se convierte en una oportunidad estratégica para quienes buscan planificar un jardín vistoso y una huerta productiva de cara al invierno y la próxima primavera.

Plantar en mayo es sinónimo de anticipación: muchas de las especies que se siembran en esta época florecen en los meses más fríos o dan sus frutos cuando el clima comienza a templarse nuevamente.

En este contexto, flores resistentes, hortalizas de ciclo invernal y hierbas aromáticas que toleran bajas temperaturas encuentran en mayo el momento ideal para desarrollarse. A continuación, te ofrecemos una guía completa con las mejores especies para sembrar este mes y destacamos las tareas recomendadas para el cuidado del jardín y la huerta.

Las flores que mejor responden al otoño

El primer paso para lograr un jardín colorido en primavera consiste en sembrar en otoño aquellas variedades que resisten el frío y florecen más adelante. Mayo resulta propicio para plantar especies que se adaptan bien al cambio de estación.

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Sembrar en mayo garantiza un jardín que florecerá con fuerza y color cuando llegue la primavera.

Entre las preferidas se encuentra la lavanda (Lavandula officinalis), una planta rústica y perenne que no solo aporta belleza con sus espigas violetas, sino también un aroma intenso y relajante. Necesita sol pleno y suelos bien drenados.

Otra opción destacada es el jazmín chino (Jasminum polyanthum), ideal para cubrir cercos o pérgolas gracias a su crecimiento enredado y su floración blanca de aroma penetrante.

La fresia, en tanto, ofrece flores delicadas y multicolores a partir de bulbos que pueden sembrarse ahora para florecer en los últimos días del invierno. A esta lista se suma la caléndula (Calendula officinalis), una flor comestible con propiedades medicinales, fácil de cultivar y resistente al frío.

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Las fresias se siembran en otoño y regalan flores perfumadas y coloridas al final del invierno.

También se puede apostar por el crisantemo, una flor asociada tradicionalmente a los meses más fríos, que además actúa como repelente natural gracias a su contenido de piretrina. Por último, la portulaca, un arbusto rastrero de crecimiento rápido, permite cubrir espacios con una verdadera alfombra de flores vibrantes.

Hortalizas para una huerta de otoño-invierno

Mientras el jardín se llena de color, la huerta comienza a perfilar su productividad. Mayo marca el inicio de la temporada de hortalizas de hoja y raíz, que se adaptan perfectamente al clima fresco y ofrecen cosechas constantes durante el invierno.

En primer lugar, se destacan las verduras de hoja como la acelga, lechuga, espinaca y rúcula. Estas especies crecen con rapidez, toleran bien la sombra parcial y no requieren demasiada exigencia nutricional si el suelo fue trabajado previamente con compost.

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Las verduras de hoja como acelga y espinaca crecen con fuerza durante los meses fríos si se siembran en mayo.

Entre los cultivos de raíz, la zanahoria y el rabanito encuentran en mayo su mejor época de siembra directa. Aquí es fundamental asegurar una buena profundidad del suelo, sin piedras ni compactación, para facilitar el crecimiento de las raíces.

Otras especies a considerar incluyen el puerro y la cebolla, que pueden sembrarse en almácigos para trasplantar más adelante. La achicoria, el apio y la remolacha también son cultivos ideales para incorporar al calendario de mayo.

Aromáticas resistentes al frío para sumar sabor y funcionalidad

En mayo también conviene destinar espacio a las hierbas aromáticas, que además de ser útiles en la cocina, aportan belleza y ayudan a repeler insectos si se combinan con otros cultivos. Estas plantas prosperan bien en macetas, por lo que son una excelente opción para balcones, terrazas y patios urbanos.

El perejil y el cilantro crecen bien en lugares frescos y sombríos, aunque el cilantro tiende a florecer rápidamente si la temperatura sube de forma imprevista. Para un cultivo más duradero, se recomienda sembrarlos en sectores con sombra parcial y suelos húmedos pero bien drenados.

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La lavanda, una de las flores más recomendadas para sembrar en mayo, ofrece color, aroma y resistencia al frío.

Entre las especies más resistentes figuran el orégano y el tomillo, que pueden reproducirse mediante esquejes y se adaptan con facilidad a suelos sueltos y soleados. También es buen momento para plantar romero y salvia, dos arbustivas perennes de aroma intenso y hojas con propiedades medicinales y culinarias.

Tareas esenciales para mantener el jardín saludable

Además de sembrar, mayo es un mes clave para realizar tareas de mantenimiento que favorezcan el buen desarrollo de las plantas durante la temporada fría. Uno de los cuidados más importantes consiste en podar ramas secas, enfermas o débiles ya que esta limpieza no solo mejora la estética del jardín, sino que evita la propagación de enfermedades y estimula nuevos brotes.

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Mayo es el momento ideal para trabajar la tierra, incorporar compost y renovar el diseño del jardín.

También se recomienda aplicar una capa de mulch o acolchado vegetal sobre la superficie del suelo. Este material –que puede consistir en hojas secas, viruta o pasto cortado seco– protege las raíces del frío, mantiene la humedad y reduce el crecimiento de malezas.

El riego debe ajustarse a la nueva estación. Las temperaturas más bajas y la mayor humedad ambiental disminuyen la necesidad hídrica, pero sigue siendo importante regar en profundidad cuando el sustrato esté seco.

Por último, mayo es ideal para preparar compost casero con restos orgánicos. Dejar que la materia vegetal se descomponga lentamente durante el invierno permitirá contar con abono natural listo para enriquecer el suelo en primavera.