La llegada de la primavera marca el inicio de un nuevo ciclo en la huerta. Las temperaturas en ascenso y el aumento de las horas de luz solar estimulan el crecimiento de las plantas. Para aprovechar al máximo esta estación y obtener una cosecha abundante, la planificación es fundamental.
Desde la elección de las especies más adecuadas para nuestro clima y suelo hasta la organización de las tareas de siembra, trasplante y cuidado, cada detalle cuenta. Y afortunadamente esta actividad trae numerosos beneficios: alimentación saludable, ahorro de dinero, conexión con la naturaleza y promueve la actividad física.
La huerta o quinta en casa es una experiencia al alcance de todos. Las tareas básicas que debemos realizar antes de comenzar son:
Los materiales que podríamos necesitar en esta etapa incluyen abono (o sustrato con estructura y abono si recién comenzamos), cobertura (pasto seco, chips de madera, hojas secas, aserrín), semillas, plantines, cartelitos decorativos, regaderas o manguera, y herramientas como pala, tijera de poda y pulverizador.
Para garantizar una cosecha abundante y saludable, es fundamental planificar cuidadosamente qué cultivar en septiembre y octubre. Ayudará tener un calendario de siembra considerando las fechas recomendadas para cada especie en tu región, y rotar los cultivos para mantener el suelo fértil.
En septiembre es buen momento para armar almácigos así los protegemos de alguna helada tardía. Recordá que muchas semillas germinan mejor en la oscuridad, por lo que no es necesario exponerlas al Sol hasta que emerjan las primeras hojas verdes.
En primavera, podemos plantar morrones, berenjenas, zanahoria, puerro, papas y tomates. También son adecuadas las cucurbitáceas como pepinos, zapallos y zucchinis.
Además se pueden incorporar choclo, albahaca y considerar todas las hortalizas, que son ideales para tener durante todo el año, como acelga, rúcula, lechuga, verdeo, apio, hinojo, radicheta, remolacha y rabanitos.
Y si queremos algunas frutas sabrosas para el verano, hay que comenzar con la frutilla, el melón, la sandía y el cayote
En 10 metros cuadrados de espacio, está la posibilidad de cultivar una variedad de plantas que se adapten a la zona y las condiciones del terreno. Un huerto familiar de 10 metros cuadrados podría incluir las siguientes plantas:
Si además tenés unos metros cuadrados adicionales, podrías considerar la posibilidad de añadir algunas matas de maíz dulce y girasol. También podrías incluir una planta de calabaza y algunas remolachas o apios en tu huerto. Esto te permitirá disfrutar de una variedad de productos frescos en tu hogar. Recordá adaptar las elecciones de plantas a las condiciones climáticas de tu zona para obtener los mejores resultados.